La historia del tiramisú tiene su origen en Italia. El gastrónomo Giuseppe Maffioli refiere que el chef pastelero Roberto “Loli” Linguanotto, del restaurante Alle Beccherie de Treviso, como su autor en los 60. Este hombre, tocado por la inspiración, probó con un dulce y productos de la zona; el resultado fue llamado tiramisú, en apariencia por sus propiedades nutritivas y reparadoras. ¡Hoy en día este postre es todo un éxito y se encuentra entre los más populares! Otras versiones cuentan que en la segunda mitad del siglo XX fue en la región de Véneto, otros en la Toscana, el Piamonte y Friuli-Venecia Julia, todas se disputan tan merecido honor.
Tan solo la forma y la consistencia de un postre tiramisú hace que nuestra mirada voltee. “Es que me vuelve loco”, “quiero más”, “es tan rico”, “wow, se hace eterno en mi paladar”, son frases que nacen después del primer bocado. Y no solo eso, la felicidad embarga los ojos y todo explota, la dulzura se conjuga con la naturalidad de sabores que atrae su mezcla: café, cocoa, brandy y el queso mascarpone, entre otros. Al terminar de comer un tiramisú, una frase puede resumirlo: “Es la gloria en vida”
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