El origen de el pastel Red Velvet es incierto, pero hay varias leyendas al respecto. Una leyenda se remonta al siglo XIX. Se dice que utilizaba cocoa para suavizar la textura de los pasteles y por ello recibían el nombre de “terciopelos”. Otra leyenda cuenta que el pastel surge durante la Segunda Guerra Mundial porque todo alimento era racionado y los panaderos hacían uso del jugo de remolacha para mejorar el color y la humedad de sus recetas. Una más cuenta que el pastel Red Velvet fue introducido hacia 1800, donde ya se agregaba cocoa a las tortas de chocolate más populares.
Con tan solo verlo se despierta todo el antojo del mundo. Y es cuando dices “este pastel sí me lo como”, ¡pase lo que pase! Porque es inevitable que estando frente a él te contengas, al contrario, todo tu cuerpo lo pide, tu boca lo hace derretirse y con los ojos ya lo comienzas a amar. ¡Increíble! Tanta es la dulzura y extremo sabor que produce este pastel que hasta tus manos lo saborearán y tu paladar lo amará. ¡Súper deli!
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