Se dice que en Asia este postre se preparaba con arroz, leche de coco, azúcar y mango, pero fue a mediados del siglo XIII que llegó a Francia, a través de comerciantes asiáticos cuyos conocimientos en repostería legaron de oriente a Europa este delicioso aperitivo. Siglos después, en México adoptamos el arroz con leche en la cocina como algo muy familiar. Esto permitió que múltiples recetas tanto de cocina salada como dulce lo implementaran, por lo cual en la actualidad este postre se ha arraigado demasiado y se estila mucho en nuestro país por su ricura.
Comer un arroz con leche remite de inmediato a la familia y las comidas felices. Tan solo pensar en tus hermanos, papá o mamá, o los abuelos, cuando llega el momento de revitalizar el espíritu, después de una hermosa comida, y probar la dulzura divina que tiene. ¡Deli, deli! Imposible no dejar de pensar después de amar su sabor, sentir que se introduce lindo y toda tu cara expresa la extrema belleza que provoca su sabor.
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