La sabrosa torre de pasta tiene un origen documentado en la antigua Grecia. ¡Sí, la lasaña es Griega, no italiana! Pensamos que proviene del país de la bota, pero no. Cabe decir que viene de del latín “laganum”, que significa plato. La receta está inspirada en el plato griego antiguo, pero fue reformulada por el imperio romano y llegado así hasta nosotros. La Lasagna es poderosa, saladita y hace que siempre quieras más, es imposible dejar de probar bocado, ¡increíble, pero muy cierto! Estar frente a un platillo de Lasagna es una experiencia religiosa, te sientas, sujetas el tenedor y abres el apetito por muy buen rato, además de disfrutarlo en compañía de tus seres queridos. ¡Es fácil de preparar! Así que te invitamos a hacerlo y dejar boquiabiertos a tus invitados.
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