El punto exacto en la historia en el que se inventa el Baumkuchen (Pastel Alemán) es desconocido, pero veamos. La primera receta se encuentra en un libro de cocina datado de 1426. Ahora bien, en 1682 un médico rural se encontraba trabajando para el príncipe Johann Sigismund Elsholtz y preparó un pan de forma similar. Todos estos datos son llevados a la cultura y se extendieron popularmente. Sin embargo, pasados los siglos en la ciudad de Salzwedel de Sajonia-Anhalt se elabora el Baumkuchen desde el siglo XIX, siendo muy tradicional en la comarca, pero también en nuestro México. Parece que en cada casa donde se celebra un cumpleaños alguien siempre pide un Pastel Alemán.
Lo mejor de la vida tiene una cucharadita de extracto de vainilla y esto aplica para el pastel alemán. Este es, para empezar, de los más conocidos pasteles en México. Desde su forma y hasta su indistinguible consistencia, este pastel como postre es un primor y merece decir que es “un millón de wow por su belleza y dulzura en el paladar”, dando un significado real y consistente en la tradicional repostería. Sin lugar a dudas, el azúcar mascabado le da ese toque distintivo, así como la crema ácida y el contraste con sabor del coco y la calidez de la mantequilla. ¡Wow, único y siempre rendidor!
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