Este pastel fue inventado en 1927 por Harry Baker. Se dice que era vendedor de seguros californiano dedicado al catering. De ahí probablemente su inducción al mundo de la pastelería. Cuenta la historia que Baker mantuvo en secreto la receta durante 20 años y luego la vendió a General Mills. Fue ahí que el nombre cambió a “chiffon” y un conjunto de 24 recetas y variantes fueron publicadas en un panfleto de Betty Crocker publicado en 1948, lo cual ocasionó el actual pastel como lo conocemos hoy.
¡Maravilloso! De entrada sólo podemos degustar la belleza repostera de este chiffon con merengue italiano, ya que la mezcla de sus ingredientes y el aroma que desprende al hornearse, desde ahí te hace cantar, porque se experimenta una sensación de aromas que provocan vida, fertilidad y un sentimiento de pastel familiar. Sin duda, este pastel debe comerse en familia, compartir y degustar con todo. ¡Estupendo sabor, te lo recomendamos!
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