Ingredientes

40 piezas de galletas de vainilla
1.5 barras de mantequilla con sal
4 huevos
½ taza de azúcar
½ taza de crema para batir
½ taza de jugo de limón amarillo
Cáscara de 1 limón amarillo rallada finamente
½ taza de azúcar pulverizado

Instrucciones

1.Calentar el horno a 180 grados centígrados. Moler la galleta en el procesador o licuadora y colocarla en un bowl mediano para mezclarla con la mantequilla derretida.
2.Compactar la galleta en el fondo y los lados de un molde para pay desmontable.
3.En un bowl grande, batir el huevo con el azúcar usando un batidor globo. Agregar la cáscara de limón y batir para mezclar bien.
4.En el bowl de la batidora con el aditamento de globo, batir la crema a punto suave.
5.Agregar la crema batida poco a poco a la mezcla de huevo usando una espátula de silicón, hasta incorporarla toda y tener una mezcla homogénea y esponjosita.
6.Vaciar el relleno al molde con la galleta y hornear aproximadamente 45 minutos o hasta que al mover el molde, sólo tenga un poquito de juego el relleno.
7.Retirar del horno y dejar enfriar. Refrigerar por unas horas antes de servir.
8.Para servir: Retirar el pay del refrigerador, colocar el azúcar pulverizada sobre un colador fino y espolvorearla encima del pay hasta cubrir la superficie. Cortar y servir.

Cuenta la tradición que el pay de limón se preparó por primera vez en Inglaterra por los protestantes durante el siglo XVIII. Luego con los inmigrantes viajó a América del Norte en 1774, gracias a una secta separatista cuáquera. Sin embargo, también existe la versión que el lemon pie fue inventado en el siglo XIX por el pastelero suizo Alexander Frehse, oriundo de Romandie, quien aparentemente combinó la crema de limón con el merengue italiano. Actualmente, este pay tiene tal arraigo que en los Estados Unidos el 15 de agosto de cada año se celebra el National Lemon Pie Day o Día Nacional del Pay de Limón.

Inigualable, dulcesito y único, con estas tres palabras podemos describir al pay de limón. Este no puede faltar en las tardes para endulzar el momento, sea en la plática amena con las amigas o disfrutando el instante en solitario. Tan solo para entender que la vida tiene sabores especiales y cuando se prueban, todo tiene más sentido, más belleza y con todos los elementos para el disfrute auténtico de la vida.

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